Ahora que me ha dejado de importar desde un punto de vista puramente personal, me ha asaltado la duda -llamémosla antropológica– de si realmente existe un tipo de chica que no enamora a nadie. Siempre he creído que para todo roto que se precie hay un descosido; sin embargo, hace muchos años una amiga me dijo -con bastante acierto en el juicio aunque no en la explicación que me dio al respecto – que yo no era de las que se enamoran ni tampoco de las que se casan. En ese momento le di la importancia justa, pero llevo unos días pensando que puede ser que sí que haya una tipología secreta aunque el sexo no sea un valor determinante (imagino que de existir una clasificación también habrá hombres de los que no se enamore ni Perri).
Lo que realmente me reconcome -antropológicamente hablando, se entiende- es si, de existir, será algo genético o adquirido, si esos papeles de secundaria -o segundona, hablando en plata- se reparten caprichosamente o si recaen en las mismas personas por algo que al menos yo desconozco.
¿Será verdad que algunas mujeres son más grandes que otras?