Me corre el drama por las venas y tengo la costumbre de reírme de mí misma: soy una neurótica feliz.
Siempre quise ser escritora. Ahora me conformo con aporrear el teclado de vez en cuando y dejar que quien quiera lo lea.
Me corre el drama por las venas y tengo la costumbre de reírme de mí misma: soy una neurótica feliz.
Siempre quise ser escritora. Ahora me conformo con aporrear el teclado de vez en cuando y dejar que quien quiera lo lea.